Año Nuevo
- Pen & Stitches
- 3 ene 2022
- 2 Min. de lectura
El 2021 me dolió. Fue un año duro, donde sentí tristeza y decepción; como nunca creí que podía sentirme. Lloré lo que no había llorado en mucho tiempo. Gracias a esas lágrimas, me levanté y aprendí muchísimo. No todo fue malo, también tuve momentos alegres y de satisfacción, de esos que llenan el corazón. Haciendo el balance de lo bueno y lo malo, agradezco lo vivido, cada situación me enseñó más de lo que creía en esos momentos y no tengo arrepentimientos porque lo que he decidido lo he hecho de corazón, siempre con la mejor intención.
Fue un año de cambios, de aceptación y de adaptación; de dejar ir a personas y dar la bienvenida a las nuevas que llegan a mi vida, además de cuidar a quienes se han decidido quedar conmigo. Cada vez entiendo más el valor de la familia, de los amigos y de todos aquellos que uno elige para compartir tiempo, momentos, alegrías y tristezas; esas personas que están contigo no importa qué.
Un año en el que desarrollé nuevas habilidades, que me ayudan a encontrar paz y a regalar detalles especiales a personas que quiero. Trabajé por lo que creo y lo que me gusta. Fui valiente, me aventuré a decir y hacer cosas que sabía que podía, solo no lo creía. Lo bonito fue que pude.
Un año en el que me encariñé con el ejercicio, como no lo había logrado en toda mi vida. Así se cumple un año y medio de haber encontrado lo que me gusta y lo que me hace sentir bien. Los cambios que he visto en mí me llenan de confianza para seguir en ese camino, que es bueno para mi salud física y también mental.
Para 2022 no tengo propósitos grandes y específicos, porque he descubierto que me llenan más de presión que de emoción por cumplirlos. En cambio, tengo pequeñas metas que quiero lograr, día a día, sin pausa y sin perder de vista el objetivo. Quiero estar más presente, disfrutar los momentos, hacer más de lo que me gusta y dejar de sentir culpa. Tomar decisiones conscientes por mí y para los míos. Ser coherente entre lo que digo y hago. Ser fiel a mí. Hacer todo por amor.
Sé que este año trae días emocionantes y los espero con ansías. Sin mucha expectativa sino que los espero con el corazón abierto para que me llenen con lo que traigan y con eso seré feliz.
Gracias a Dios por el 2021: por la familia, la salud, el trabajo, los amigos, las bendiciones con las que vivo día a día. Gracias a Dios por estar conmigo en todo, absolutamente todo, momento.
Empezar el año con mi familia completa alrededor de la mesa es la mayor bendición después de los dos últimos años que hemos vivido. 2022, te espero con los abrazos abiertos, sé que todo estará bien.
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